Desde la llegada de los
colonizadores europeos, el arte fue uno de los mecanismos de imposición de la
cultura de estos hacia los indígenas, proceso en el que los colonos enfrentaron
la dificultad de la diversidad geográfica, y atacaron cultural y religiosamente
la cosmovisión de esos pueblos.
Para lograr un mejor dominio de
estas civilizaciones y pueblos, era necesario homogeneizarlas, función que
cumplió el arte colonial, junto a la evangelización y la difusión del idioma
español.
Artistas españoles se trasladaron
a las “Indias” para instalar talleres e inculcar estilos como el renacentista,
barroco, rococó y neoclásico, con predominio de los temas religiosos.
Las iglesias, monasterios,
castillos y edificaciones fuero construidos sobre derrumbadas ciudades y aldeas
prehispánicas, siguieron los patrones artísticos españoles.
La pintura y la arquitectura
fueron las expresiones artísticas que más se desarrollaron en la Colonia, no es
menos cierta la existencia de la poesía, la música y la escultura durante ese
período.
ARTE
MESTIZO
El arte sirvió como escenario de
mezcla entre el cristianismo y la cultura indígena, mediante la fusión de
cosmovisiones y técnicas distintas que dieron origen a una cultura mestiza
colonial, que pronto empezó a diferenciarse de la metropolitana.
A medida que avanzó el tiempo,
más indígenas y mestizos se incorporaron a los gremios de pintores y
constructores, quienes dieron lugar al estilo barroco que se prolongó hasta el
siglo XIX.
CARACTERÍSTICAS
DEL ARTE MESTIZO
• Uso de temas procedentes del
repertorio iconográfico prehispánico en la decoración de iglesias y conventos.
• Incorporación de elementos de
la flora y la fauna americana.
• Uso e capillas abiertas entre
los siglos XVI y XVIII.
• El arte vasallo era la
interpretación de las imágenes de una religión que no es propia, como el
cristianismo, desde la cultura indígena.
• En la pintura, la producción
solía ser anónima y se llevaba a cabo en talleres cercanos a México y Cusco
desde finales del siglo XVII, hasta finales del siglo XVIII.
SINCRETISMO
RELIGIOSO
En la medida en que los indígenas
fueron identiicando a sus divinidades con el cristianismo, se coniguró una
religiosidad particular, diferente a la hispana, que habría de inluir en el
arte colonial. La aparición de la Virgen de Guadalupe a un indígena mexicano en
el monte Tepeyac, mismo lugar donde era adorada la diosa-madre azteca
Tonantzin, fue la primera gran expresión social y artística del sincretismo
religioso.
Tradiciones similares sucedieron
en Brasil, con Nuestra Señora Aparecida; en Cuba, con la Virgen Negra de Regla;
y en Venezuela, con Nuestra Señora de Coromoto.
En México y Perú, donde se
encontraban las dos civilizaciones prehispánicas más avanzadas, la estética
barroca adquirió un marcado estilo indígena dado por la mano de obra india, de
manera que no hubo una mera recepción pasiva sino una transformación y
enriquecimiento de la cultura europea a su contacto con América.
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