ECUADOR: DEL AUGE
DEL PETROLEO A LA MIGRACION
EL BOOM PETROLERO
En
Ecuador, la exportación de petróleo empezó en 1928, actividad que estaba en
manos de empresas transnacionales. Mientras tanto, las principales
exportaciones seguían siendo productos agrícolas, primero de cacao y luego de
banano.
La
era petrolera en Ecuador empezó de manera definitiva en 1972, cuando se
inauguró el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE). El precio por barril
en ese año fue de $2,50 y se exportaron cerca de 25 millones de barriles, lo
que significó un incremento de 46,9% en los ingresos del Gobierno Central
frente a 1971. El sector público, que manejaba el sector petrolero, empezó a
tener una participación cada vez mayor en la economía. Así, los ingresos del
Gobierno Central, que en 1971 representaron el 12,1% del PIB, en 1978 pasaron a
21,2%. Entre 1972 y 1978 los ingresos públicos crecieron en promedio al 37,3%
anual, frente al 10,4% del periodo 1966-1971. Sin embargo, desde 1974 la
producción de crudo se estancó en torno a los 74 millones de barriles anuales.
Lo que aumentó, gracias a eventos internacionales como la Guerra de Yom Kippur,
fue el precio, que en 1978 llegó a $12,5 por barril 10 dólares más que en 1972.
Como
consecuencia del primer boom petrolero, la composición de los ingresos del
Gobierno Central cambió notablemente. En 1971 los ingresos tributarios
representaron el 81% del total y en 1979 apenas el 42,3%, es decir que su
participación se redujo casi a la mitad. Por el contrario, la participación de
los ingresos petroleros pasó de 6,3% a 36,6% en el mismo período. El aumento
sostenido de los recursos disponibles permitió que el Gobierno Central elevara
sus gastos, que crecieron a una tasa promedio anual de 32,2% entre 1972 y 1978.
En consecuencia, durante todo ese período se registraron déficit fiscales,
salvo en 1974, cuando se alcanzó un superávit de $97 millones, equivalente al
1,5% del PIB. En 1977 el déficit llegó al 3,1% del PIB.
El
auge petrolero no mejoró las cuentas fiscales debido a que los mayores ingresos
se tradujeron inmediatamente en mayores gastos, principalmente de inversión. De
esta manera, el gasto de capital creció a una tasa promedio anual de 36,4%,
mientras que el gasto corriente lo hizo al 29,2% (en gran parte como
consecuencia del aumento en el rubro de sueldos y salarios, que creció al 21%
anual). Esto permitió que la participación del gasto de inversión dentro del
total pasara de 25,8% en 1971, previo al boom, a 36,7% en 1978. En relación al
PIB, el gasto de capital pasó de 2,6% a 5,5%. La deuda pública, que en 1971
representaba el 9% del PIB, en 1979 llegó al 20,1%. La deuda privada, por su
parte, se multiplicó por 39 durante el mismo periodo, pasando de $12 millones a
$496 millones, es decir, del 0,5% al 4,16% del PIB. El masivo acceso a
préstamos internacionales como consecuencia del boom petrolero empezó a sentar
las bases para lo que más tarde contribuiría, junto con otros factores, a la
crisis de la década de 1980. El primer boom petrolero fue aprovechado casi
exclusivamente por el Estado, ya que la participación privada en la producción
en 1978 fue de apenas el 1,1% del total. La Corporación Estatal Petrolera
Ecuatoriana (CEPE), creada en 1972 y reemplazada en 1989 por Petroecuador, fue
la encargada de explotar ese monopolio.
CRISIS DE LA DEUDA
EXTERNA
Pese
al importante ingreso petrolero desde 1972, la confianza en la riqueza
petrolera detonó el endeudamiento externo a tasas de 1% o 2%, con lo que la
deuda creció casi veintidós veces de forma sostenida: pasó de 260 millones de
dólares en 1971, a 5869 al cierre de 1981.
La
deuda pasó de representar el 16% del PIB, al 42% del PIB en ese mismo lapso
Los
medios de producción y la riqueza siguieron concentrados en minorías
industriales, comerciales y terratenientes.
En
los años ochenta, después del regreso a la democracia, se presentan una serie
de condiciones adversas que precipitan la crisis:
Se
contrae el comercio internacional debido a la caída de la demanda de productos
primarios, con la consecuente baja de sus precios. Se debilita el mercado
petrolero.
Disminuyen
los ingresos y empiezan las dificultades para cumplir con los pagos de la
deuda.
Se
cierra el financiamiento externo para América Latina, y las tasas de interés de
los préstamos adquiridos en los setenta suben al 18%.
El
nuevo endeudamiento estaba destinado a pagar intereses sobre deudas anteriores,
por lo que los gobiernos no invertían en salud, educación ni infraestructura,
sino que dirigían hasta el 50% del PIB al pago de deuda.
SUCRETIZACION
El
final de boom petrolero de los años setenta había dejado a la economía
ecuatoriana en una preocupante situación. Al final de esa década, y aún con
el petróleo sosteniendo sus cuentas, el sector privado había asumido
importantes deudas con la banca privada internacional.
Esto
provocó serios desequilibrios, agravados por la desfavorable situación
internacional a principios de los años 80. La respuesta del gobierno
ecuatoriano, bajo el mandato de Oswaldo Hurtado, fue la llamada sucretización,
por la que el Estado se hacía cargo de lo adeudado a cambio de ciertas
condiciones que, más tarde, no se cumplieron.
De acuerdo a la mayoría de los analistas, la sucretización fue muy negativa para el país. Para empezar, su deuda creció enormemente, al igual que la inflación. Por otra parte, se produjeron muchos casos de fraude, ya que muchos empresarios y particulares aprovecharon la medida del gobierno para obtener beneficios que no les correspondían.
INESTABILIDAD POLÍTICA Y
DOLARIZACIÓN
En vista
de que, durante la crisis de la deuda, ningún proyecto político aportó una
solución estructural a los problemas económicos que afectaban a las personas
más humildes y a la clase media, sobrevino una crisis de gobernabilidad en los
siguientes períodos de gobierno:
ABDALÁ BUCARAM ORTIZ
Abogado
ecuatoriano de origen libanés. Fue presidente desde el 10 de Agosto de 1996,
hasta su destitución el 6 febrero de 1997. El Congreso Nacional, en resolución
I-97-065-R, declara su incapacidad mental para gobernar y lo depone. Protestas
populares suscitadas por acusaciones de corrupción terminaron de derrocarlo.
JAMIL MAHUAD
Electo
presidente del Ecuador para el período 1998-2002, y fue durante su mandato que estalló
la crisis de deuda de las instituciones financieras. Adoptó medidas de
salvataje bancario. Otorgó créditos de fondos públicos a la banca privada para
evitar la bancarrota. El 8 de marzo de 1999, el gobierno decretó un feriado
bancario, esto es una suspensión de operaciones financieras durante
veinticuatro horas. El decreto duró un año, durante el cual los depósitos
quedaron congelados. A pesar de estas medidas, el 70% de los bancos se
declararon en quiebra y fueron incautados por el Estado.
Mientras
tanto, el sucre seguía devaluándose frente al dólar; la inflación era cada vez
más elevada y el poder adquisitivo de los ecuatorianos mermaba. En ese
contexto, en 1999, el gobierno de Mahuad inició la dolarización de la economía,
que se decretó en enero de 2000. El tipo de cambio pasó de 5000 a 25 000 sucres
por dólar, con este como moneda de curso legal.
Las
medidas tomadas por Mahuad no mejoraron de inmediato la situación económica ni
social. La inflación seguía al alza, la inversión social disminuyó radicalmente
a favor del pago de la deuda y la mala situación de los bancos desembocaron en
protestas populares, como la movilización de la CONAIE y la insurrección de
parte de las Fuerzas Armadas, entre ellos el coronel Lucio Gutiérrez, quienes
depusieron a Mahuad el 21 de enero del 2000.
La
madrugada del 22, el vicepresidente Gustavo Noboa toma posesión de la
presidencia. Luego de terminar su mandato, convoca a elecciones. La segunda
vuelta se efectuó el 24 de noviembre de 2002; Lucio Gutiérrez resultó ganador.
Lucio Gutiérrez
Prometió
un gobierno con alianzas de izquierda, pluralista e incluyente. Ganó la
presidencia gracias a una alianza con los movimientos políticos Pachakutik y
MPD. A pesar del afianzamiento que al principio tuvo Gutiérrez en el poder,
movimientos de protesta empezaban a gestarse, como la marcha de Guayaquil del
26 de enero de 2005, convocada por el alcalde Jaime Nebot, y la de febrero en
Quito, organizada por el alcalde Paco Moncayo.
Si
bien su gobierno alcanzó índices económicos favorables, el retorno de Bucaram
al país generó nuevas protestas ciudadanas espontáneas, sobre todo en Quito con
la llamada rebelión de los forajidos, que desembocaron en la salida de
Gutiérrez de Carondelet el 20 de abril de ese mismo año, luego de que el
Congreso lo destituyera por abandono de cargo. Posteriormente, el ex-
mandatario solicitó asilo político en la embajada de Brasil, para luego
abandonar el país.
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